10 de mayo de 2025, San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Miles de personas en México y América Central buscan a un ser querido desaparecido, y un número desconocido de ellas ha fallecido sin encontrarlo. Como homenaje a su memoria, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) inaugura en el Museo de San Cristóbal (MUSAC) la exposición itinerante “Tejer memoria: el legado de quienes nunca dejaron de buscar”.
En el marco del Día de las Madres, que en México se conmemora el 10 de mayo, el CICR recuerda a las personas que han fallecido sin haber cumplido su anhelo de volver a abrazar a sus hijas e hijos desaparecidos, y quienes en su proceso de búsqueda forjaron un legado de amor y esperanza. Asimismo, hace un llamado urgente para fortalecer la búsqueda de las personas desaparecidas y garantizar que ninguna otra persona fallezca con el dolor de la incertidumbre.
En México, según cifras oficiales, hay 128.231 personas desaparecidas, de las cuales 1.542 desaparecieron en Chiapas. En esta entidad, las mujeres, las comunidades indígenas, las infancias y adolescencias, así como las personas en tránsito, se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad ante la desaparición.
“Cada madre y cada familia que busca a un ser querido enfrenta una dolorosa carrera contra el tiempo. Hoy recordamos que hay miles de familias que aún buscan, que merecen saber qué ocurrió con sus seres queridos, y que su derecho es una deuda pendiente que urge saldar”, expresó Miguel Ramírez González, jefe de operaciones del CICR en México.
“Tejer memoria: el legado de quienes nunca dejaron de buscar” ha recorrido más de 2.000 kilómetros en su paso por Honduras, El Salvador, Guatemala y México en 2024, visibilizando las historias de Lupita, María Demetria, Gustavo, Teodolinda, Paula Martín, Marcelina y Cony, quienes dedicaron su vida a buscar a sus seres queridos, y cuya memoria ha quedado plasmada en tela bordada como un acto de dignidad.
“Esta exposición nació de las preocupaciones de las familias en México y América Central, y fue elaborada con ellas. Hemos visto que el arte tiene la capacidad de tocar el corazón y sostener la memoria; por eso, cada puntada tejida en la exhibición es una forma de decir a las familias que no están solas, y un esfuerzo para que su labor de búsqueda y sus seres queridos no caigan en el olvido”, resaltó Jannet Carmona, coordinadora en México del programa de personas desaparecidas del CICR.